Una devoción que une a la gente por el amor y la fe, además de borrar fronteras, es la que despierta y mantiene desde hace más de 163 años la Divina Pastora, la virgen que llegó por equivocación al pueblo de Santa Rosa hace unos 400 años y hoy permanece allí manteniendo el trabajo evangelizador que iniciara Fray Agustín de Villabáñez en Santa Rosa.
Esa semilla religiosa ha crecido con el paso de los años y dio la paz a ese pueblo indómito conformado por los indios gayones guerreros incansables de su época.
A 163 años del inicio de la procesión de la Patrona a Barquisimeto, en conmemoración de la petición del padre Macario Yépez, durante la epidemia de cólera que diezmó a la población, la cantidad de fieles aumenta todos los días y los testimonios de los milagros de la pastora nacida en Sevilla, España, se transmite de generación en generación y capta la devoción de millones de personas que la acompañan año tras año.
Un recorrido de 7.5 kilómetros, tarimas colocadas a lo largo de todo el recorrido, escenas de los fieles que han sido tocados por los milagros de la virgen, autentican la veracidad de los actos realizados a través de su pequeña imagen como es la Divina Pastora. @josemujicaalcalde